miércoles, 14 de septiembre de 2022

QUÉ ES EL EGO Y CÓMO PODEMOS HACERLO TRABAJAR A NUESTRO FAVOR

Para muchas personas el ego tiene una connotación negativa, lo relacionan con exceso de autoestima o vanidad. Sin embargo, en psicología, la palabra Ego significa Yo, que es realidad es la instancia en la que nos identificamos en este plano, con lo que nos reconocemos a nosotros mismos y a nuestra personalidad.

Es importante conocer cómo está estructurado nuestro Ego y cómo se manifiesta, usarlo positivamente y así lograr dirigirnos hacia la Autonomía. En Análisis Transaccional, la Autonomía significa liberarse de la programación dada desde la infancia, como un guion escrito por alguien más y que nosotros interpretamos inconscientemente; también la Autonomía significa la libertad de ser espontáneos y de intimar. 

El creador del Análisis Transaccional fue el Dr. Eric Berne, un psiquiatra canadiense que, desde la década de 1970, revolucionó el campo de la comunicación interpersonal, de grupo y de masas. El Análisis Transaccional se puede definir como una filosofía humanista de las relaciones humanas, la personalidad individual y la comunicación. Berne identificó tres diferentes maneras de manifestación del Ego; él los llamaba sistemas coherentes de pensamientos y sentimientos que se expresan con sus correspondientes patrones de conducta. De acuerdo con Eric Berne, podemos observar cuando nosotros mismos u otras personas manifiestan su Estado del Ego Padre o su Estado del Ego Adulto o su Estado del Ego Niño. 

El Estado del Ego Padre es básicamente lo que hemos aprendido y está grabado. Tiene que ver con lo que entendemos que es correcto, la moral, las tradiciones, la religión, la cultura, todas esas cuestiones que condicionan nuestra forma de ver el mundo desde una perspectiva aprendida. La persona piensa, siente y actúa de acuerdo a la versión que ha interiorizado de sus padres o figuras de autoridad que tuvo en la niñez.

¿Te has dado cuenta que a veces estás diciendo las mismas frases de tu papá o tu mamá? Incluso frases o perspectivas que no te gustaban siendo un adolescente, más tarde te sorprendes a ti mismo repitiéndolas. “Debes estudiar una carrera profesional para tener éxito en la vida”, “Nunca pises el suelo descalzo porque te vas a enfermar” o “Los pobres son tontos”, “Los ricos son malos”, etc. Pero el Estado del Ego Padre no solo contiene ideas fijas o prejuicios, también contiene una parte muy positiva como el saber cuidar de ti mismo y de otros, proteger, aconsejar y nutrir. 

El Estado del Ego Adulto se podría considerar como el software de tu personalidad, porque a partir de la información, conocimientos y experiencia que has adquirido por tu propia cuenta, desarrollas tu propia capacidad de pensar, de investigar y de decidir. Con este Estado del Ego, tenemos la capacidad de hacernos preguntas útiles, las que yo llamo poderosas, para encontrar la información que requieres y tomar decisiones adecuadas a tu presente. El Estado del Ego Adulto te ayuda a permanecer en el aquí y ahora. Es solo tu vivencia actual la que experimentas desde este Estado del Ego. Te puedes dar cuenta que tu Estado Adulto del Ego está presente cuando estás escuchando una conferencia, cuando estás escuchando activamente, estás trabajando o haciendo una investigación. 

Te puedes dar cuenta que tú u otra persona se está expresando desde su Estado del Ego Niño, no solo cuando se ríe, disfruta, juega, se es creativo. También cuando te sientes muy vulnerable emocionalmente. Piensas, sientes y actúas de la misma forma de cuando eras un niño o niña pequeño. Sí, también haces los mismos berrinches, aunque tal vez ya no te avientes al suelo a patalear, ahora lo haces con palabras, gritos o gestos, pero es el mismo niño o niña. 

En conclusión, a cada Estado del Ego, Padre, Adulto o Niño le corresponde un modo específico de pensar, sentir y actuar y cada persona presentará unas características específicas de cada uno de ellos, pero también las personas tenemos una tendencia predominante para situarnos en alguno de ellos, es decir, tenemos nuestro estado del Ego favorito. 

Hasta aquí hemos conocido la Estructura de la Personalidad Individual, lo que se le llama Análisis Estructural. Ahora vamos a verlos en acción, digamos. Hablemos del Análisis Funcional. 

El Estado del Ego Padre puede ser Nutritivo. Positivamente, la persona se manifiesta dando estímulos a sí mismo o a los otros, consolando, ayudando, reconociendo las cualidades de sí mismo o de otros y dando permisos, cosa que es de suma importancia en nuestra vida. Todos nos hemos sentido muy bien cuando nuestros propios padres o alguna otra persona se muestra de esa manera con nosotros, sobre todo cuando lo estamos necesitando. Negativamente, el Ego Padre es sobreprotector, también demasiado posesivo o paternalista y hasta acaparador. ¿No es verdad que te has sentido con alguna persona como si te asfixiara de tanta protección? ¿No es verdad que hasta piensas que te quiere hacer sentir inútil o tonto? A este aspecto del Estado del Ego Padre Negativo, le llamaremos El Salvador. Aunque la palabra siempre evoca algo positivo, en el Análisis Transaccional se utiliza para nombrar a un personaje que participa en los Juegos Psicológicos, dramas negativos en los que participamos y que nos desvían de nuestra Autonomía. 

El Estado del Ego Padre también se manifiesta como Crítico. Positivamente, es un Protector, pone límites adecuados, establece normas y vela por la seguridad propia y de los demás. Negativamente, el Ego Padre es el que se cree que tiene la verdad absoluta la que, en realidad, esa verdad son una serie de prejuicios y críticas. Devalúa, etiqueta, señala, regaña, controla. El personaje es El Perseguidor en los Juegos Psicológicos, de los que hablaremos en otro momento. 

Se considera que a partir de los 12 años aparece el pensamiento abstracto en el individuo, y es cuando el Estado del Ego Adulto ya está completamente formado. Como vimos, el Ego Adulto se caracteriza por la objetividad, la razón y la lógica que funcionan adecuadamente cuando consigue la información correcta. Sin embargo, a veces el entorno puede darle información incorrecta, o insuficiente y entonces se puede considerar que la persona no tiene un buen Adulto. El Adulto también se puede contaminar por las constantes conversaciones entre el Padre y el Niño, sobre todo negativos. Y entonces, la persona, en lugar de informarse y experimentar por su cuenta, considera como correcta la información del Padre con prejuicios o del Niño, con creencias limitantes. Entonces, podríamos tener muy poco Adulto o un Estado del Ego Adulto Negativo, es decir, contaminado. Un buen ejemplo del Adulto contaminado es cuando tenemos alguna preocupación y no podemos dormir porque creemos que estamos “pensando” y “pensando”, dándole vueltas a un asunto, cuando en realidad es una especie de discusión entre el Estado del Ego Padre y el Estado del Ego Niño. El Estado Adulto del Ego no puede pensar claro, no tiene una información adecuada y no puede tomar decisiones. Esta forma de “pensar” en realidad es un diálogo interno interminable que nos impide tomar una decisión adecuada. 

El Estado del Ego Niño puede ser Libre, el Estado más primitivo o natural en la personalidad. Esta parte de nuestra personalidad es creativa, intuitiva, disfruta, es egoísta. Es la parte más valiosa de tu personalidad porque le añade encanto, es la parte amorosa, sensual; es la parte de tu Ego que tiene curiosidad y mucha imaginación. Pero también el Estado del Ego tiene una parte negativa. El Estado Niño del Ego puede ser Adaptado Sumiso o Adaptado Rebelde. Si observamos a los niños, podemos darnos cuenta de estas dos características en nosotros mismos. El Niño Adaptado Sumiso se somete a lo que los demás esperan de él, siempre obediente, o puede manifestarse como un Niño Adaptado Rebelde, haciendo todo lo contrario de lo que se le pide o se espera de él, actuando como el niño malo. El personaje de Estado del Ego Niño negativo que participa en los Juegos Psicológicos, es el de Víctima, ya sea una víctima sumisa o una víctima rebelde. Y sabemos que para ser una buena víctima, es necesario que no nos responsabilicemos, que culpemos a los demás y que tratemos de manipular para conseguir lo que queremos. 

La primera tarea que podríamos emprender, es observarnos a nosotros mismos en nuestras conversaciones internas y en la interacción con los demás. Podrías cultivar y usar las partes más positivas de tu Ego. 

Como un Padre: 
Otórgate el permiso de estar contento y de emprender lo que tanto anhelas. 
Consiéntete con un baño caliente, con tu comida favorita y teniendo buenos hábitos para tu mente y tu cuerpo. 
Otórgate reconocimientos y frases positivas. 
Protégete de ambientes nocivos y establece límites positivos como la hora de ir a dormir, comer o trabajar. 

Como un Adulto: 
Adquiere la costumbre de hacer preguntas útiles, tales como ¿cuándo? ¿cómo? ¿dónde? ¿por qué? ¿para qué? 
Aprende cosas nuevas todos los días y date la oportunidad de cambiar de opinión de acuerdo a nueva información y perspectiva. 

Como un Niño: 
Permítete reír a carcajadas, de preferencia todos los días. 
Permítete disfrutar, bailar, cantar. 
Deja que tu Niño o Niña interna sea creativo sin que intervenga el Estado del Ego Padre con sus críticas. 
Escucha a tu intuición, permítete sentir y expresar lo que sientes. 
Y permítete ser encantador, encantadora, permítete seguir teniendo curiosidad por la vida y recupera tu capacidad de asombro, como cuando fuiste un niño, una niña.