De acuerdo a las impresionantes investigaciones de la Física Cuántica, a nivel subatómico nuestro mundo se parece a una gigantesca red de información cuántica, con todos sus componentes en permanente comunicación. En el nivel más elemental, la materia física no es sólida y estable, en realidad, no es nada aún.
La participación de un Observador, con su expectativa y su intención, es lo único que convierte a esa nube de probabilidades en algo sólido y mensurable. Así que no hay nada en el universo que exista como un objeto independiente de nuestra percepción.
La investigadora Marilyn Schlitz ha definido la Intención como “La proyección de la conciencia, deliberada y eficazmente hacia algún objeto o resultado”. De acuerdo a esta científica, para influir en la materia física, el pensamiento tiene que estar muy motivado y dirigirse hacia un objetivo.
La técnica de aclarar la propia intención y tener pensamientos dirigidos hacia un objetivo determinado ya ha sido empleado en muchas partes para curar enfermedades e influir sobre los acontecimientos. No es un don especial de unos cuantos, es una habilidad que se puede aprender.
Lule Villa.
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